domingo, 8 de noviembre de 2015

Soledades (1)

Al contrario de lo que se acostumbra a decir, creo que la fotografía se parece más a la literatura que a la pintura. Francesc Català-Roca
Hombre anuncio. Avenida de las Americas. NYC.
Ex Marine del ejército americano. 5ª Avenida. NYC.
Vigilante del ferry a Staten Island. NYC.
Mickey Mouse preparándose para salir a Times Square. NYC.
Mujer esperando el metro. Línea 7. Queens. NYC.
Graffiti. Williamsburg. NYC.
Vigilante del MOMA PS1. Queens. NYC.
Hombre. Conney Island. NYC.
Niño asomado al vacío. Monumento 11S. NYC.
Gran Central Station. NYC.
Músico callejero. HighLine. Meatpaking District. NYC.


domingo, 21 de junio de 2015

Espacio


La versión en prosa de Espacio, aparece fechada en Puerto Rico en 1954. Para gran parte de la crítica, supone la culminación del universo poético de Juan Ramón Jimenez. Se ha hablado de la prosificación de su poesía, del autobiografismo, de la indagación en el tiempo y de la conciencia de su "yo" capaz de vencer a la muerte.
Juan Ramón dijo de esta obra: 
"Mi monólogo es la ocurrencia permanente desechada por falta de tiempo y lugar durante todo el día, una conciencia vijilante y separadora al marjen de la voluntad de elección. Es una verdadera fuga, una rapsodia constante, como los escapes hacia arriba de los fuegos de colores, de enjambres de luces, de glóbulos de sangre con música bajo los párpados del niño en el entresueño. Mi monólogo estuvo hecho siempre de universos desgranados, una nebulosa distinguida ya; con una ideolojía caótica sensitiva, universos, universos, universos. No conozco universo como aquel poema de universos".


A mí siempre me ha parecido delicioso este diálogo con las cosas. Este campo amarillo de la infancia que pasa por debajo de los puentes de New York:
"Y para recordar por qué he vivido", vengo a ti río Hudson de mi mar. "Dulce como esta luz era el amor...Y por debajo de Washsington Bridge (el puente más con más de esta New York) pasa el campo amarillo de mi infancia". Infancia, niño vuelvo a ser y soy, perdido, tan mayor, en lo más grande. Leyenda inesperada:"dulce como la luz es el amor", y esta New York es igual que Moguer, es igual que Sevilla y que Madrid. Puede el viento, en la esquina de Broadway, como en la Esquina de las Pulmonías de mi calle Rascón, conmigo; y tengo abierta la puerta donde vivo, con sol dentro. "Dulce como este sol era el amor".
(...)
"Y por debajo de Washington Bridge, el puente más amigo de New York, corre el campo dorado de mi infancia..." Bajé lleno a la calle, me abrió el viento la ropa, el corazón, vi caras buenas. En el jardín de St. John Devine, los chopos verdes eran de Madrid; hablé con un perro y un gato en español; y los niños del coro, lengua eterna, igual del paraíso y de la luna, cantaban, con campanas de San Juan, en el rayo de sol derecho, vivo, donde el cielo flotaba hecho armonía violeta y oro, iris ideal que bajaba y subía, que bajaba... "Dulce como este sol era el amor".
Espacio. (Fragmento segundo). Juan Ramón Jiménez

martes, 16 de junio de 2015

Caníbales y Figuracce


Niccolò Ammaniti

La vita, in fondo, non è che uno slalom tra figure di merda.

La editorial Einaudi publica en 1996 una antología de relatos a cargo de Danielle Brolli que, bajo el título de Gioventù Cannibale (Juventud Caníbal), aglutina a un grupo de desconocidos y prometedores narradores italianos. Para la mayoría de ellos, procedentes de los circuitos undreground, la publicación supuso darse a conocer en un ámbito literario más amplio y, por así decir, más formal. El volumen reúne historias de terror, sangrientas las más de las veces, de una violencia extrema o disparatada que bebe directamente de las fuentes del pulp o de autores como Stephen King.
A pesar de las críticas, la antología acabó siendo una especie de hecho generacional que anticipaba una nueva forma de narrar, una nueva forma de colocar referentes culturales provenientes del mundo del cine, la televisión, la música o el cómic y, en definitiva, una nueva forma de relacionarse con la realidad. En palabras de Daniele Luttazzi, uno de los incluidos en el libro: Fue una antología profética: intelectuales como Mauri y Guglielmi la criticaron porque según ellos contenía una narrativa alejada de la realidad italiana. Después de algunos meses, Italia conocía los casos del monstruo de Florencia, del asesino en serie de Liguria, de Erika y Omar, de la secta satánica de Lombardía, etc. Los artistas tienen antenas y perciben con anticipación aquello que está por llegar.
La antología se reeditó en el 2006 cuando las carreras de los once ‘jóvenes caníbales’ habían tomado ya diversos caminos. (Leer más)

domingo, 24 de mayo de 2015

Vinicio




Sicilia 2013. En la pequeña población de Mascalucia, muy cerquita del Etna, Vinicio Capposela y La Banda de la Posta anuncian un concierto. Es una noche de agosto, en un teatro al aire libre que se va llenando poco a poco. Vinicio Capossela ejerce de maestro de ceremonias: traje blanco, sombrero de ala ancha, barba de rabino y sonrisa pícara. Sobre el escenario esperan varios instrumentos y un ramillete de ancianos. El nombre de la Banda, como explica Capossela, deriva de un tiempo en el que los salarios llegaban a la oficina de Correos (Posta) y los  trabajadores se sentaban en la puerta a esperar. Era habitual que música y canciones acompañasen la demora del  servicio postal. Esas improvisadas bandas también eran requeridas para animar cualquier evento que formase parte de la vida social de la época como los nacimientos o las bodas (sposalizi).
Hecho el preámbulo y presentados los músicos, arranca la polka. Durante varias horas y con ritmo frenético se van sucediendo las mazurcas, valses, pasodobles, tangos. El de más edad de la Banda, un viejecito casi centenario, menudo y vivaracho, anima la velada: Ogni cavaliere si gioca la sua dama!, Cerchio!, Changé la dame!... Y a esas alturas de la noche, ni que decir tiene que las gradas están vacías y el foso del teatro se ha convertido en una vorágine de giros, vuelos y cuerpos que se rozan, se cruzan, se tocan, se abrazan y separan bajo las órdenes de Giuseppe Galgano, detto Tottacreta. Sin esta descripción de un concierto de Capossela, del que fui testigo y partícipe en una calurosa noche de verano, sería difícil comprender el aire que destila Il paese dei coppoloni, cuarto trabajo literario del artista. 

 Aquí podéis seguir leyendo: CLIC


viernes, 15 de mayo de 2015

Vilas 3


Lisboa [Foto: Lulafortune]
EL POETA DE CINCUENTA AÑOS

No sabes cómo has alcanzado a vivir cincuenta años,
la gente como tú siempre se marcha con veintiocho o treinta,
o treinta y cinco o como mucho cuarenta y uno en el mejor
de los casos,
no por romántico, ni por destino heroico, ni nada de eso,
dios santo, esas palabras casi me enferman;
nada de eso nunca, por favor, por favor, mil veces por favor,
sino por defecto de fabricación, por falta de inteligencia en
todo caso.
Defecto de fábrica, eso es todo: malos órganos,
neuronas atrofiadas, sangre vaga, debilidad mental,
pensamientos errados, equivocaciones, errores vulgares,
un excedente de chapuzas en el cuerpo y en el alma.

Bueno, eras un buen madrugador; tenías un estupendo
despertador.
Ir a trabajar y madrugar orienta en la vida.

La gente te habla de libros ahora; justo ahora
cuando ya no te importan los libros,
¿a quién con cincuenta años puede importarle los libros
sino a los grandes beneficiados por los libros?

No, queridos, no me habléis de libros.

Habladme de quienes los escribieron desde la miseria.

Me importa, sí, la miseria, la humillación, el desprecio, el
insulto,
el silencio, el hundimiento de quienes escribieron
esos libros de los que me habláis ahora
con tanto entusiasmo, en una fiesta literaria de verano,
con exquisita comida,
con una excelente terraza frente al mar,
con champán y vinos caros,
con gente sonriendo, con gente muy feliz,
con mujeres muy guapas y muy jóvenes y chicos atléticos.

Me importa el amor,
eso sí me importa;
el amor eternamente
no correspondido,
eso fue para mí la poesía.

Manuel Vilas. El Hundimiento.

lunes, 4 de mayo de 2015

Vilas 2

Lisboa


REDENCIÓN
Dime una palabra amable antes de que termine el día.

Me dijiste "cariño, tienes que ser fuerte, no puedes
depender de esa gente, estás muy  cansado,
olvídalos, ayúdame a recoger el lavavajillas",
y yo miraba la noche de octubre con sus estrellas
entrar en nuestra casa, iluminar nuestros cuerpos,
vaciar nuestras almas, y tú dijiste "cena algo,
hay un poco de arroz en el horno, cena algo, cariño,
come algo, y olvídate de todas esas ideas absurdas
sobre el odio y el fracaso, ese arroz está divino".

Dime una palabra amable antes de que termine el día.

Manuel Vilas. El Hundimiento.

miércoles, 22 de abril de 2015

Mare Nostro

Ría de Vigo, islas Cíes al fondo
El escritor Erri de Luca (Nápoles 1950) escribió esta oración laica hace tan sólo dos días. Cientos de personas acababan de perder la vida precisamente al intentar salvarla. Huían de sus países en guerra, huían del hambre y de la enfermedad, huían de la oscuridad de un futuro inexistente. Nosotros, como siempre, miramos hacia otro lado.


Mar nuestro que no estás en los cielos
y abrazas los límites de la isla
y del mundo con tu sal,
bendita sea tu profundidad.
Acoge las repletas embarcaciones
sin una senda sobre tus ondas,
a los pescadores que salen en la noche,
a sus redes entre tus criaturas
que regresan por la mañana con la pesca
de los náufragos salvados.

Mar nuestro que no estás en los cielos
al alba eres color de trigo,
al atardecer de uva y de vendimia.
Te hemos sembrado de más ahogados
que cualquier otra edad de tempestades.

Mar nuestro que no estás en los cielos,
eres más justo que la tierra firme
incluso cuando elevas olas como murallas
y después las bajas hasta la orilla.
Custodia las vidas, las visitas,
como hojas sobre el camino;
haz de otoño para ellos,
de caricia, de abrazo, de beso en la frente,
de madre, de padre antes de partir.



Erri De Luca, Piazzapulita 20 aprile 2015
[Traducción: Lula Fortune]