Es curioso que de la rabia salga la belleza de la pintura. Cada cual tiene sus propios caminos de creación, por eso los resultados son tan maravillosos.
Nunca se sabe de dónde vendrá el impulso creador ni lo que ese impulso puede dar de sí. En este caso, la rabia le ha servido a Carol Rama para producir una obra inquietante, nada convencional y un tanto salvaje. Un abrazo.
Sí, es verdad, se parece mucho. Dicen que al final de nuestras vidas los rasgos masculinos y femeninos se difuminan hasta confundirse. La foto es de hace unos años, ahora, perdida entre las brumas del alzeimer, imagino que se parece todavía más a Gielgud. Un abrazo.
Es curioso que de la rabia salga la belleza de la pintura. Cada cual tiene sus propios caminos de creación, por eso los resultados son tan maravillosos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Nunca se sabe de dónde vendrá el impulso creador ni lo que ese impulso puede dar de sí. En este caso, la rabia le ha servido a Carol Rama para producir una obra inquietante, nada convencional y un tanto salvaje. Un abrazo.
EliminarTiene un aire a John Gielgud. En la primera foto pensaba que era el actor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, es verdad, se parece mucho. Dicen que al final de nuestras vidas los rasgos masculinos y femeninos se difuminan hasta confundirse. La foto es de hace unos años, ahora, perdida entre las brumas del alzeimer, imagino que se parece todavía más a Gielgud. Un abrazo.
Eliminar