Lisboa |
REDENCIÓN
Dime una palabra amable antes de que termine el día.
Me dijiste "cariño, tienes que ser fuerte, no puedes
depender de esa gente, estás muy cansado,
olvídalos, ayúdame a recoger el lavavajillas",
y yo miraba la noche de octubre con sus estrellas
entrar en nuestra casa, iluminar nuestros cuerpos,
vaciar nuestras almas, y tú dijiste "cena algo,
hay un poco de arroz en el horno, cena algo, cariño,
come algo, y olvídate de todas esas ideas absurdas
sobre el odio y el fracaso, ese arroz está divino".
Dime una palabra amable antes de que termine el día.
Manuel Vilas. El Hundimiento.
¿La foto es tuya? Está muy bien.
ResponderEliminarTambién el texto de Vilas (a quien no he leído).
Un saluito.
Sí, casi todas las fotos del blog son mías (excepto las de los autores, claro). Gracias por el cumplido. Y sí, Vilas es tremendo...Un abrazo o "saluito" :)
EliminarJaja... Vaaaaaale, me dejé la "d". Es por escribir deprisa.
ResponderEliminarOtro avraso ;-)
Todo necesitamos ese arrocito rico de vez en cuando, junto con esas palabras: no pasará nada (aunque no sea cierto). Sin el arroz y sin la calidez de las palabras el hundimiento está demasiado cerca.
ResponderEliminarPrecioso poema, preciosa foto. Gracias por darnos luz.
Muchos besos
El hundimiento llega de todas formas... Gracias por tus palabras. Un beso.
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